Fundador del portal Wikileaks, Julian Assange |
Londres.- (PL) El fundador del portal Wikileaks, Julian Assange, enfrenta hoy una batalla legal contra su extradición a Suecia, donde pretenden juzgarlo por presuntos casos de acoso sexual.
Assange comparece hoy y mañana martes ante la justicia británica, aunque la decisión al respecto podría ser infructuosa debido las numerosas posibilidades de apelación con que dispone el periodista australiano de 39 años.
Mientras tenga lugar la vista, numerosas personalidades, entre ellas, la multimillonaria británica y embajadora de la Unicef Jemina Khan, anunciaron que participarán en una manifestación para apoyar al fundador de Wikileaks.
Por su parte, los abogados de Assange afirman que refutarán los cargos alegados por Suecia, los cuales no serían punibles en Reino Unido por falta de pruebas suficientes de partes de las dos mujeres denunciantes de los supuestos abusos sexuales.
Para el comunicador australiano el caso está políticamente motivado tras la difusión en Wikileaks de miles de cables confidenciales de la diplomacia estadounidense y documentos secretos sobre las guerras en Irak y Afganistán.
Esas revelaciones, según los procuradores de la defensa, acrecentaron el disgusto y la persecución de la Casa Blanca contra la plataforma online y su editor principal.
Geoffrey Robertson, abogado australiano especializado en derechos humanos, y su colega británico, Mark Stephens, sostienen que la extradición de su cliente a Suecia podría ponerle en manos de la justicia norteamericana, a la cual consideran su mayor enemigo.
Tras una orden de detención internacional emitida por el país escandinavo, Assange fue detenido en Reino Unido el pasado 7 de diciembre, y nueve días después quedó en libertad condicional.
A partir de ese momento vive bajo estrictas medidas de seguridad y vigilancia en Ellingham Hall, a 200 kilómetros de Londres, donde prosigue su trabajo frente a Wikileaks.
En recientes declaraciones a medios de prensa británicos, Assange advirtió que divulgaría una nueva avalancha de documentos secretos en caso de un eventual cierre definitivo del portal, a causa de la persecución y las presiones políticas de Estados Unidos.
Mientras tenga lugar la vista, numerosas personalidades, entre ellas, la multimillonaria británica y embajadora de la Unicef Jemina Khan, anunciaron que participarán en una manifestación para apoyar al fundador de Wikileaks.
Por su parte, los abogados de Assange afirman que refutarán los cargos alegados por Suecia, los cuales no serían punibles en Reino Unido por falta de pruebas suficientes de partes de las dos mujeres denunciantes de los supuestos abusos sexuales.
Para el comunicador australiano el caso está políticamente motivado tras la difusión en Wikileaks de miles de cables confidenciales de la diplomacia estadounidense y documentos secretos sobre las guerras en Irak y Afganistán.
Esas revelaciones, según los procuradores de la defensa, acrecentaron el disgusto y la persecución de la Casa Blanca contra la plataforma online y su editor principal.
Geoffrey Robertson, abogado australiano especializado en derechos humanos, y su colega británico, Mark Stephens, sostienen que la extradición de su cliente a Suecia podría ponerle en manos de la justicia norteamericana, a la cual consideran su mayor enemigo.
Tras una orden de detención internacional emitida por el país escandinavo, Assange fue detenido en Reino Unido el pasado 7 de diciembre, y nueve días después quedó en libertad condicional.
A partir de ese momento vive bajo estrictas medidas de seguridad y vigilancia en Ellingham Hall, a 200 kilómetros de Londres, donde prosigue su trabajo frente a Wikileaks.
En recientes declaraciones a medios de prensa británicos, Assange advirtió que divulgaría una nueva avalancha de documentos secretos en caso de un eventual cierre definitivo del portal, a causa de la persecución y las presiones políticas de Estados Unidos.
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