Editorial de La República, Uruguay
Los juicios al creador de Wikileaks, Julian Assange, y al terrorista Luis Posada Carriles, comenzarán con 24 horas de diferencia los días 10 y 11 de enero, uno en Londres y el otro en El Paso, Texas. Llama de inmediato la atención que al defensor de la libertad de información se le acusará del gravísimo delito de terrorismo, mientras al terrorista confeso cubanoamericano se le juzgará por delitos migratorios sancionados por una sentencia que ya cumplió.
Informó la agencia italiana ANSA que el examen del pedido de extradición de Suecia por el cargo de “molestias sexuales” a Assange fue trasladado de una corte en el centro de Londres a la Belmarsh Court, un tribunal especializado en temas de terrorismo anexo a una cárcel de máxima seguridad, rebautizado años atrás por la cadena inglesa BBC como “la Guantánamo británica”.Los juicios al creador de Wikileaks, Julian Assange, y al terrorista Luis Posada Carriles, comenzarán con 24 horas de diferencia los días 10 y 11 de enero, uno en Londres y el otro en El Paso, Texas. Llama de inmediato la atención que al defensor de la libertad de información se le acusará del gravísimo delito de terrorismo, mientras al terrorista confeso cubanoamericano se le juzgará por delitos migratorios sancionados por una sentencia que ya cumplió.
Assange comparecerá bajo el cargo de terrorismo, lo que implica, según las leyes británicas, su detención y confinamiento.
Luis Posada Carriles seguirá libre bajo fianza cuando comparezca en Estados Unidos ante una jueza que lo absolvió en un primer juicio y que le manifestó abiertamente simpatía, frente a una sala repleta de partidarios, que se desplazarán desde la Miami anticastrista y que no se pierden una oportunidad de celebrar su odio a la revolución cubana.
Un portavoz de las autoridades judiciales británicas aseguró que el desplazamiento del tribunal a Belmarsh, en el área sudeste de la capital, se debe a “motivos logísticos” y no, como lo denunció Wikileaks, a presiones norteamericanas.
Lo cierto es que mientras en el caso de Assange se han acelerado al máximo los procedimientos que van saltando etapas, después de varias estrategias y artimañas para silenciar las revelaciones que hizo el joven australiano, en el caso de Posada Carriles, ex agente de la CIA, las maniobras dilatorias para encajonar su caso son burdas e inmorales.
De la carrera criminal de Posada se han escrito cientos de textos, se han publicado libros y se han hecho documentales.
El 17 de mayo de 2005, Luis Posada Carriles es detenido cerca de Miami y es llevado en un carrito de golf a un helicóptero, “con toda amabilidad y cortesía”, para su traslado a las oficinas del Departamento de la Seguridad interior.
El 1º de abril de 2005, un abogado de Posada Carriles, Eduardo Soto, confirmaba en Miami que su cliente introducido ilegalmente en territorio norteamericano a bordo de un barco camaronero propiedad de un capo de la mafia cubanoamericana , pediría asilo para quedarse definitivamente en el país.
A pesar de las acusaciones presentadas en Caracas por su participación en el atentado contra un avión cubano que costó la vida a 73 pasajeros en 1976; su arresto en Panamá, en 2000, en conexión con un plan de atentado contra el líder cubano Fidel Castro, su admisión pública de haber organizado una campaña terrorista contra instalaciones turísticas de La Habana en 1997 y su estrecha relación con redes enteras de terroristas, Posada Carriles iba a recibir del gobierno de Bush un apoyo absoluto que Obama nunca se atrevió a alterar.
Mientras a Assange se lo llevan corriendo de un tribunal menor para uno que lo puede encerrar para siempre por divulgar documentos secretos norteamericanos, Posada Carriles, el mercenario asesino, continuará burlándose de las leyes y de las decenas de víctimas que claman justicia por sus tropelías.
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