La decisión de los alzados contra Muamar El Gadafi de salir de Ajdabiya se tomó después de que una de sus unidades blindadas fue alcanzada accidentalmente por bombas lanzadas por aviones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) cerca de Brega.
Familias enteras apiñadas en carros y camiones con algunos bultos conducían apresuradamente para unirse a caravanas de vehículos artillados de los rebeldes que se dirigían a Ajdabiya, situada unos 160 kilómetros al oeste de Benghazi, devenida capital de la insurgencia.
Según relataron muchos conductores a periodistas en plena carretera dominada por los insubordinados, optaron por irse luego que el jueves la aviación de la OTAN destruyó por presunta falta de coordinación tanques emplazados cerca del enclave petrolero de Brega.
A raíz de esas acciones, la televisión estatal libia informó anoche que unidades leales al líder Muamar El Gadafi entraron en Ajdabiya, pero residentes allí pusieron en duda esa aseveración, de acuerdo con reportes de medios noticiosos en la zona.
Fuentes en hospitales bajo dominio insurgente señalaron que muchos irregulares permanecen en la ciudad con algunos doctores, después de evacuar a Benghazi a 22 heridos en el ataque de la alianza atlántica, que -precisaron- causó cinco muertos y no 13, como se dijo previamente.
Entretanto, analistas regionales desecharon rumores de que el bombardeo en Brega fue hecho por aviones de El Gadafi y alertaron que cualquier escenario era negativo para los alzados, dado que, si fue la OTAN, demostraba -una vez más- grandes problemas de comunicación.
Si la coalición armada internacional indica que no fueron sus cazabombarderos, entonces se asume que el poderío militar del Gobierno libio no fue mermado en la proporción que indican voceros europeos.
Por otro lado, los insurrectos y el Gobierno de El Gadafi saludaron, por separado, una "hoja de ruta" propuesta por el primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, para un cese de las hostilidades desatadas tras las manifestaciones opositoras del 15 de febrero.
Si bien las autoridades de Ankara admiten que los contactos con ambas partes están "en una etapa muy, muy temprana", creen se acepte su propuesta consistente en que El Gadafi detenga los ataques a las ciudades, incluida la occidental Misratah, y retire sus fuerzas.
Un paso posterior sería el "inicio inmediato de un proceso de transformaciones democráticas globales que tome en cuenta los legítimos intereses del pueblo libio", concepción aplaudida por Trípoli al poner énfasis en los aspectos humanitarios de la crisis.
De acuerdo con el canal qatarí Al Jazeera, un inconveniente para ese plan es que el jefe del opositor Consejo Nacional de Transición, Mustafa Abdul Jalal, lo respaldó, a condición de que El Gadafi y su familia abandonen el país, algo descartado por éstos.
Familias enteras apiñadas en carros y camiones con algunos bultos conducían apresuradamente para unirse a caravanas de vehículos artillados de los rebeldes que se dirigían a Ajdabiya, situada unos 160 kilómetros al oeste de Benghazi, devenida capital de la insurgencia.
Según relataron muchos conductores a periodistas en plena carretera dominada por los insubordinados, optaron por irse luego que el jueves la aviación de la OTAN destruyó por presunta falta de coordinación tanques emplazados cerca del enclave petrolero de Brega.
A raíz de esas acciones, la televisión estatal libia informó anoche que unidades leales al líder Muamar El Gadafi entraron en Ajdabiya, pero residentes allí pusieron en duda esa aseveración, de acuerdo con reportes de medios noticiosos en la zona.
Fuentes en hospitales bajo dominio insurgente señalaron que muchos irregulares permanecen en la ciudad con algunos doctores, después de evacuar a Benghazi a 22 heridos en el ataque de la alianza atlántica, que -precisaron- causó cinco muertos y no 13, como se dijo previamente.
Entretanto, analistas regionales desecharon rumores de que el bombardeo en Brega fue hecho por aviones de El Gadafi y alertaron que cualquier escenario era negativo para los alzados, dado que, si fue la OTAN, demostraba -una vez más- grandes problemas de comunicación.
Si la coalición armada internacional indica que no fueron sus cazabombarderos, entonces se asume que el poderío militar del Gobierno libio no fue mermado en la proporción que indican voceros europeos.
Por otro lado, los insurrectos y el Gobierno de El Gadafi saludaron, por separado, una "hoja de ruta" propuesta por el primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, para un cese de las hostilidades desatadas tras las manifestaciones opositoras del 15 de febrero.
Si bien las autoridades de Ankara admiten que los contactos con ambas partes están "en una etapa muy, muy temprana", creen se acepte su propuesta consistente en que El Gadafi detenga los ataques a las ciudades, incluida la occidental Misratah, y retire sus fuerzas.
Un paso posterior sería el "inicio inmediato de un proceso de transformaciones democráticas globales que tome en cuenta los legítimos intereses del pueblo libio", concepción aplaudida por Trípoli al poner énfasis en los aspectos humanitarios de la crisis.
De acuerdo con el canal qatarí Al Jazeera, un inconveniente para ese plan es que el jefe del opositor Consejo Nacional de Transición, Mustafa Abdul Jalal, lo respaldó, a condición de que El Gadafi y su familia abandonen el país, algo descartado por éstos.
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