Antropólogo de la Universidad Nacional, Magíster en Análisis Político, y Relaciones ales

lunes, 25 de octubre de 2010

'Son intereses personales': Carlos Gaviria Díaz


Reconoce la gravedad de los hechos que se imputan, que existe también una ardua lucha por el poder dentro de la colectividad y que Samuel Moreno no ha gobernado con el partido. Carlos Gaviria está convencido de que la izquierda democrática no se atomizará, porque en el Polo nadie quiere volver a ser una minoría marginal.
Domingo 24 de octubre de 2010

Pese a estar alejado durante los últimos meses de los primeros renglones de la política nacional, Carlos Gaviria Díaz sigue siendo referente para su partido, el Polo Democrático. Por eso, ante la tormenta política que se cierne sobre esa colectividad tras las denuncias de supuesta corrupción en la contratación en Bogotá, que involucran al alcalde Samuel Moreno y a su hermano, el senador Iván Moreno, sus conceptos resultan claves, pensando en el futuro de la izquierda democrática en el país de cara al escenario electoral que se avecina.

¿Cómo interpreta las denuncias de Gustavo Petro y la decisión de irse de frente contra el Alcalde y el senador Iván Moreno?

Veo esto con suma preocupación, porque yo he contribuido a la construcción del Polo y creo en la necesidad de una propuesta de izquierda democrática para Colombia. No sólo son muy graves los cargos que se les atribuyen a militantes y gobernantes del Partido, sino que además las personas que los formulan los presentan como hechos ya comprobados, hasta el punto de que piden expulsiones. Cuando a una persona se le imputa un delito, desde luego tiene que haber la comprobación de un juez, mediante una sentencia, de que éste se cometió.

¿Pero no es válido el control político, así sea de los mismos militantes del partido?

Claro, es altamente deseable que haya personas que se preocupen por la manera como los gobernantes del partido realicen su gestión, pero hay que andar con cuidado. Estamos en un Estado de Derecho y no se puede perder de vista que únicamente los fiscales y los jueces tienen la competencia para tomar decisiones y que no puede ser sustituidos por una comisión de militantes del partido, que si encuentra hechos que considera graves, deben ponerlos en conocimiento de las autoridades, pero no proceder como fiscales y jueces. Con un ingrediente adicional: que previamente ha habido desacuerdos notorios entre los denunciantes y los denunciados. Eso puede verse como un instrumento en la lucha por el poder y la presidencia del Polo, lo cual sería inaceptable.

¿Dice usted que las denuncias de Petro tienen intereses personales y que el objetivo es quedarse con la presidencia del Polo?

Simplemente digo que el sector de la Anapo, que es el que ha sido denunciado como corrupto, apoyó la candidatura de Gustavo Petro y, hasta donde tengo conocimiento, él no lo rechazó. Luego hubo discusiones en el Comité Ejecutivo, que conocí como observador externo porque ya no hago parte de él, en las que Petro pidió la presidencia, no se accedió a ello e inició su pelea contra el sector que se opuso a esa solicitud. Me parece que se están utilizando instrumentos que no son legítimos en la lucha por el poder dentro de una colectividad política.

Hay quienes ven con la crisis actual que el Polo camina hacia su propio aniquilamiento...

Yo, que ordinariamente soy pesimista, cuando se trata del Polo soy más bien optimista. El partido ya recorrió un buen trecho y ha demostrado que es posible una izquierda democrática unida. Hay que seguir en esa línea, haciendo esfuerzos para que se consolide y la unidad se haga con quienes comparten el ideario del partido. Es lamentable que no sólo ahora, sino de tiempo atrás, muchas personas hayan puesto de manifiesto que sus propios intereses están por encima de los intereses del partido.

Sin duda se refiere usted a Petro, ¿debería irse del partido?

No hago parte de las directivas, que son a quienes corresponden esas instancias. Sólo quiero expresar mi opinión, la cual es de una gran preocupación que tiene una doble fuente: la gravedad de los hechos que se imputan y la manera como se están imputando.

¿Qué efectos tendrán las denuncias frente a la gobernabilidad de Samuel Moreno en Bogotá?

Muchos, porque con la unidad del partido en riesgo, se les da pábulo a todos los sectores que tienen interés en mostrar que el Polo no ha gobernado bien y, a un año de las elecciones, buscarán que no vaya a repetir Alcaldía.

¿O sea que detrás de todo esto hay una intención para evitar un tercer período en la capital?

Yo simplemente hago conjeturas, muestro hechos y formas de interpretarlos. Es evidente que hay una lucha por el poder dentro del partido mismo y que eso se proyecta hacia las próximas elecciones.

En las cuales, sin duda, el Polo ya va perdiendo...

Así es, y esa circunstancia es un motivo adicional de preocupación. Lo que uno se pregunta es si será desinteresada la denuncia que se está haciendo y obedece simplemente a guardar la moralidad pública y la ética de los funcionarios, o será que tiene que ver con la lucha por el poder dentro del partido y con el proceso electoral que se avecina.

¿Y qué piensa del protagonismo del Partido de la U, al salir a marcar distancia del Polo?

En río revuelto, ganancia de pescadores. Todo el mundo quiere sacar ganancia de la situación que el Polo está viviendo, pero resulta paradójico que salgan a decir que retiran su apoyo al Alcalde, como la U o como Rafael Pardo, a quien escuché pedirles a los liberales que se hicieran a un lado. Uno se pregunta: ¿Este sí es el gobierno del Polo?

¿Y no lo ha sido?

Pues cuando yo era el presidente del partido, le reproché a Samuel Moreno que no era el Polo el que estaba gobernando en Bogotá, sino el uribismo, el liberalismo y los conservadores. Pero ahora el Polo se queda con el pecado y sin el perdón.

Hay quienes también ven detrás de todo esto la sombra de una candidatura del ex presidente Uribe a la Alcaldía...

Dentro de los intereses políticos que están en juego, ese es uno y no es descartable esa hipótesis.

¿Y el silencio de los verdes, con tres ex alcaldes a la cabeza?

Yo no puedo sacarlos del silencio. Si ellos consideran que esa es la actitud que más les conviene, es su decisión.

Más allá del pulso por lo político, ¿qué piensa de las denuncias sobre la contratación en Bogotá?

Sería muy irresponsable de mi parte pronunciarme sobre hechos que no conozco y que sólo he leído en la prensa. Lo que me sorprende es que cosas tan graves se fundamenten en indicios, aunque naturalmente no desconozco que los indicios pueden llegar a ser elementos probatorios, pero por parte de un juez o un fiscal.

¿Cuál es su opinión sobre la administración de Samuel?

Yo fui presidente del partido durante un buen tiempo que coincidió con la administración de Samuel Moreno y con él no hablé más de tres veces. La información que tengo de su mandato es lo que han dicho los diarios y por lo tanto debo ser cuidadoso, porque también algunos de ellos tienen intereses en desprestigiar una administración que se le atribuye al Polo.

Pero el caos en la movilidad es una realidad palpable...

Eso no me preocupa. Recuerdo que cuando se dio la construcción de los puentes de la 26, aunque no vivía en Bogotá, la radio lanzaba todos los días diatribas contra el entonces alcalde Fernando Mazuera porque Bogotá se había vuelto intransitable.

¿Con la crisis interna en el Polo existe el riesgo de que la izquierda vuelva a la atomización de años atrás?

No conozco esa tendencia de desbandada y creo que ninguno de los sectores que hoy conforman el partido querrá volver a ser marginal y minoritario, cuando existe la posibilidad de consolidarnos como la segunda fuerza política del país y llegar a convertirnos en la primera.

El Espectador


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