Antropólogo de la Universidad Nacional, Magíster en Análisis Político, y Relaciones ales

lunes, 25 de octubre de 2010

Óptica mundial.-Colombia vista desde acá

Dirigentes como el muy veterano Álvaro Vásquez; Jaime Caycedo, su actual secretario general; y el director del combativo semanario “VOZ” Carlos Lozano.


Han transcurrido ya un poco más de dos meses desde la toma de posesión de Juan Manuel Santos, como nuevo presidente de nuestra hermana y vecina Colombia, y heredero en ese trono de uno de los más nefastos gobernantes que había en este continente, el señor Álvaro Uribe, un pitiyanqui de la peor especie.

Desde luego que no era posible en tal caso tener esperanzas de un cambio positivo para nuestros pueblos, pero de todos modos lo aconsejable era esperar para ver, si entendemos que en estos asuntos quienes deciden no son los hombres sino más bien lo que las circunstancias les impongan.

Por lo tanto no tiene nada de sorprendente que este mañoso y poco escrupuloso señor Santos, para sorpresa de incautos, haya iniciado su mandato con una cierta apertura hacia Venezuela, y concretamente con tanteos para un mejoramiento de la conexión diplomática entre nuestros dos países. Lo cual, afortunadamente, parece haber sido bien recibido por el gobierno venezolano, que al menos por el momento ha tenido gestos en igual sentido.

Lo sorprendente, a primera vista, que no podemos dejar de señalar, es que acá cierto sector con aparentes posturas de una izquierda radical, se muestra descontento, al punto de condenar al gobierno venezolano como claudicante y traidor a los ideales bolivarianos. Todo esto cuando en realidad ha sido exactamente lo contrario, y sin embargo no he sabido que allá en Colombia haya salido algún grupo político, o personalidad conocida, a condenar a Santos por el paso que ha dado sobre las relaciones colombo-venezolanas. Por lo tanto, reafirmo yo mi opinión de que es muy sospechosa la actitud que han asumido acá quienes, sin mayores argumentos, critican la nueva situación que se asoma entre nuestros dos países.

En el terreno de los principios, soy opuesto a las guerras en general, porque ellas son generadas siempre por los capitalistas y sus servidores, que sacan provecho de ellas. Y en este caso muy concreto hay otra razón de mucho peso, y es que de un conflicto colombo-venezolano surgiría un obstáculo mayor para la idea que sembró Simón Bolívar, relativa a la unificación de todos nuestros pueblos en una gran nación.

Por lo cual digo francamente que quienes se oponen ahora al mejoramiento de las relaciones entre Venezuela y Colombia, y es posible que lo hagan sin darse cuenta, en verdad le hacen el juego al monroísmo, a la llamada Doctrina Monroe, de 1823, que proclamó aquello de “América para los americanos”. Y ya sabemos, América para los yanquis son sólo los del norte…
LA OTRA COLOMBIA

Tampoco puedo dejar de señalar que existe a nuestro lado otra Colombia, la revolucionaria, que nada tiene que ver con Santos, como tampoco lo tuvo con Uribe.

Esa Colombia creo que está básicamente expresada por nuestros camaradas del Partido Comunista Colombiano, un partido hermano que en julio último ha cumplido nada menos que 80 años de haber sido fundado, y fue encabezado durante muchos años por Gilberto Vieira, un notable intelectual que entre sus muchos méritos tuvo el de haber esclarecido de modo definitivo lo relativo al error de Karl Marx referente a Bolívar.

Allí están dirigentes como el muy veterano Álvaro Vásquez; Jaime Caycedo, su actual secretario general; y el director del combativo semanario “VOZ” Carlos Lozano. Tampoco puedo dejar de citar a ese gran amigo nuestro, asesinado en el aeropuerto de Bogotá, el dirigente Manuel Cepeda. Y esta lista sería demasiado larga.

Jerónimo Carrera

(Publicado en el semanario La Razón, N°824, en Caracas,

domingo 24 de octubre de 2010; el Diario Provincia

de Cumaná y otras publicaciones que tengan a bien hacerlo.)

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