Es totalmente inconveniente la suspensión de los diálogos por parte del Gobierno Nacional. Los acuerdos de la Habana son compromisos de Estado que ya son parte de la estructura de la situación política en proceso de resolverse mediante una negociación.
Debe aclararse por cuáles razones un Comandante militar de semejante rango se mueve sin protección en medio de la guerra y en zona de conflicto.
Se demuestra una vez más la vacilación permanente del gobierno y la presión provocadora de la ultraderecha que busca por todos los medios romper el diálogo.
Se demuestra sobre todo que al país y a la paz lo que les conviene es un cese al fuego bilateral para suspender las acciones ofensivas y no el proceso de diálogo.
Todos los sectores democráticos debemos permanecer alerta y en exigencia de la solución incruenta de este incidente así como del restablecimiento inmediato de los diálogos de paz.
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