Los jefes de los Estados imperialistas franceses, ingleses y norte-americanos anuncian ya públicamente que van a bombardear sin cesar a Siria. Piensan que sus poderosos medios de desinformación y de mentira han preparado el terreno en la opinión para que pueden actuar con toda impunidad, sin pasar por una decisión del Consejo de Seguridad de la ONU, en una intervención militar directa contra un país y un Estado soberano. El objetivo declarado es derrocar el régimen sirio, imponer al pueblo sirio sus voluntades después de haber sido puestos en jaque desde mas de dos años en sus intentos de colocar en ese país un régimen servil.
Como siempre, en cada vez que los Estados imperialistas se preparan a una guerra, fabrican los pretextos justificando sus agresiones criminales.
Los vamos-a-la-guerra han orquestado desde el 21 de agosto una campaña sin precedente alegando que las “líneas rojas” fijadas por Obama han sido cruzadas con el uso de armas químicas por el ejercito sirio contra las poblaciones civiles en las periferias de Damasco.
La cuerda es gruesa. La campaña mediática mundial de los círculos al servicio de los intereses imperialistas se ha amplificado y acelerado al momento preciso en donde llegaba a Siria, con el acuerdo de su gobierno legítimo reconocido por las instancias internacionales, una delegación onusiana encargada de una investigación con fines de verificación de la utilización de armas químicas. Hay que recordar que es el gobierno sirio quien ha solicitado esta investigación desde marzo pasado cuando los “rebeldes” atacaron con armas químicas y asesinaron decenas de ciudadanos quienes se les resistieron en Khan al-Assal, en la región de Alepo. Imágenes, con todas las evidencias fabricadas de todas piezas por las corrientes belicistas, han inundado desde el 21 de agosto los televidentes acusando el gobierno sirio de estar al origen del uso de armas químicas. Cifras inverificables sobre el numero de victimas de este ataque fueron esparcidas por los medios y ministros como Fabius cuyo apoyo incondicional a Israel es notorio.
El gobierno sirio ha desmentido categóricamente sus responsabilidades en este ataque y suministró las pruebas indicando la fabricación de gas mortal por los “rebeldes”. Igualmente, aceptó que la delegación onusiana presente en Damasco vaya a los lugares para investigar y hacer esclarecer la verdad sobre el fundamento de estas acusaciones. La autorizó a llevar esta investigación a pesar del hecho que su mandato debía limitarse a investigar sobre los ataques químicos efectuados por los “rebeldes” en Khan al-Assal. El buen sentido y la situación militar real sobre el terreno indican por lo contrario que las acusaciones hechas contra el gobierno sirio, quien no tiene nada de un gobierno suicida, no se sostienen sobre ningún fundamento. Asustados de ser atrapados con la mano en la bolsa, los dirigentes franceses, ingleses y norte-americanos, sostienen ahora que esta investigación no presentaría mas ningún interés. Pretenden, meno preciando toda lógica científica elemental, que el ejercito sirio habría logrado con sus bombardeos borrar las huellas de su supuesto ataque químico.
Las hesitaciones del gobierno de Obama para intervenir militarmente, como lo desean algunos dirigentes de los países imperialistas y sobre todo los social-demócratas franceses Hollande y Fabius, traducen simplemente su preocupación táctica de enredarse en un nuevo frente del que será incapaz de controlar la evolución. Puede ser también que teme de ser designado un día como el autor de estas mentiras descaradas, cuando la verdad terminará por estallar como ha estallado en Irak, en Kosovo o en otros países. Porque nadie puede olvidar que es sobre la base de mentiras, hoy reconocidas, alrededor de una supuesta detención de armas de destrucción masiva vertidas por Bush y sus acólitos neo-conservadores entonces en el poder a la Casa Blanca que la guerra fue iniciada en Irak en 2003. Nadie olvida las falsas fosas comunes de Timisouara en Rumania que sirvieron a legitimar la ejecución del jefe del Estado Céausescou convertido en molesto para los imperialistas.
Las aventuras guerreristas de los imperialistas yanquis en Irak o en Afganistán tanto como la que siguió en Libia no han traído la democracia en estos países, pretexto invocado para justificar las injerencias en los asuntos internos de esos pueblos. Resultaron mas bien en millones de muertos y heridos, la destrucción de las infraestructuras económicas y la división de las poblaciones de estos países sobre una base étnica o religiosa. Los gobiernos puestos a la cabeza del poder en estos países, después de estas intervenciones, no tienen nada de democrático, ni tampoco están atentos a las aspiraciones sociales de sus pueblos. Son marionetas de las potencias imperialistas.
En verdad, lo que las potencias imperialistas mas temen es que el pueblo sirio a la luz de estos dos años de conflicto que desgarra su país y lo divide, los sufrimientos padecidos – decenas de miles de civiles y militares sirios asesinados, heridos, centenares de miles de refugiados – encuentre el camino susceptible de conducirlo al restablecimiento de la paz en el marco del amparo de su soberanía y de su unidad territorial. El gobierno legitimo y su ejercito, que gozan del apoyo de la mayoría del pueblo sirio, estaban infligiendo una derrota a la estrategia de injerencias de los imperialistas y de los monarcas.
Eso no podía evidentemente alegrar los vamos-en-guerra imperialistas que quieren controlar los recursos energéticos y las rutas de su traslado de la región del cercano y Medio Oriente.
Razón por la cual amenazan de recurrir a lo peor para abusar e intimidar los pueblos de la región y del mundo cuando sus planes maquiavélicos no logran éxito.
La intervención en Siria tendrá por consecuencias de sembrar el caos y desgracias duplicadas en ese país, y por efecto de dominós, en el conjunto de los países del Medio Oriente y de África del Norte. Una deflagración a grande escala no es de excluir.
Los-as comunistas argelinos-as hacen un llamado a su pueblo y a todos los pueblos del mundo a no dejarse intimidar y engañar. Los llama a organizar una respuesta de masa contra las amenazas y los preparativos belicistas imperialistas. Deben de exigir y trabajar para que un punto final sea puesto a las injerencias imperialistas criminales en los asuntos internos de los pueblos, a sus intervenciones militares destinadas a dictar sus voluntades a los pueblos en presa a conflictos internos.
Partido Argelino para la Democracia y el Socialismo
27 de agosto del 2013
Mardi 27 août 2013
Les chefs des Etats impérialistes français, anglais et américains annoncent désormais publiquement qu'ils vont bombarder incessamment la Syrie. Ils pensent que leurs puissants moyens de désinformation et de mensonge ont préparé le terrain dans l'opinion pour qu'ils puissent se livrer en toute impunité, sans passer par une décision du Conseil de Sécurité de l'ONU, à une intervention militaire directe contre un pays et un Etat souverains. Le but déclaré est d'abattre le régime syrien, imposer au peuple syrien leurs volontés après avoir été mis en échec depuis plus de deux ans dans leurs tentatives de mettre en place un régime à leurs bottes.
Comme à chaque fois que les Etats impérialistes se préparent à une guerre, ils fabriquent les prétextes justifiant leurs agressions criminelles.
Les va-t-en guerre ont orchestré depuis le 21 août une campagne sans précédent en prétendant que les "lignes rouges" fixées par Obama ont été franchies avec l'usage d'armes chimiques par l'armée syrienne contre les populations civiles dans les faubourgs de Damas.
La ficelle est grosse. La campagne médiatique mondiale des cercles au service des intérêts impérialistes s'est amplifiée et accélérée au moment précis où arrivait en Syrie, après accord de son gouvernement légitime reconnu des instances internationales, une délégation onusienne chargée d'une enquête aux fins de vérification de l'utilisation des armes chimiques. Il faut rappeler que c'est le gouvernement syrien qui a réclamé cette enquête depuis mars dernier lorsque les rebelles ont attaqué par des armes chimiques et tué des dizaines de citoyens qui leur résistaient à Khan al-Assal, dans la région d'Alep. Des images, de toute évidence fabriquées de toutes pièces par les courants bellicistes, ont abreuvé depuis le 21 août les téléspectateurs accusant le gouvernement syrien d'être à l'origine de l'usage d'armes chimiques. Des chiffres invérifiables sur le nombre de victimes de cette attaque ont été répandus par les médias et des ministres comme Fabius dont le soutien inconditionnel à Israël est notoire.
Le gouvernement syrien a démenti catégoriquement ses responsabilités dans cette attaque et fourni les preuves indiquant la fabrication de gaz mortel par les rebelles. Il a également accepté que la délégation onusienne présente à Damas se rende sur les lieux pour enquêter et faire éclater la vérité sur le fondement de ces accusations. Il l'a autorisée à mener cette enquête malgré le fait que son mandat devait se limiter à enquêter sur les attaques chimiques opérées par les rebelles à Khan El Assal. Le bon sens et la situation militaire réelle sur le terrain indiquent au contraire que les accusations portées contre le gouvernement syrien, qui n'a rien d'un gouvernement suicidaire, ne reposent sur aucun fondement. Craignant d'être pris la main dans le sac, les dirigeants français, anglais et américains, soutiennent maintenant que cette enquête ne présenterait plus aucun intérêt. Ils prétendent, au mépris de toute logique scientifique élémentaire, que l'armée syrienne aurait réussi par ses bombardements à effacer les traces de sa prétendue attaque chimique
Les hésitations du gouvernement Obama pour intervenir militairement, comme le désirent certains dirigeants des pays impérialistes et notamment les sociaux démocrates français Hollande et Fabius, traduisent simplement son souci tactique d'éviter de s'embourber dans un nouveau front dont il serait incapable de contrôler l'évolution. Il se peut également qu'il craigne d'être désigné un jour comme l'auteur de ces mensonges flagrants, lorsque la vérité finira par éclater comme elle avait éclaté en Irak, au Kosovo ou dans d'autres pays. Car nul ne peut oublier que c'est sur la base de mensonges, aujourd'hui reconnus, autour d'une prétendue détention d'armes de destruction massive déversés par Bush et ses acolytes néo- conservateurs alors au pouvoir à la Maison Blanche que la guerre a été déclenchée en Irak en 2003. Nul n'oublie les faux charniers de Timisouara en Roumanie qui avaient servi à légitimer l'exécution du chef de l'Etat Céausescou devenu gênant pour les impérialistes.
Les aventures guerrières des impérialistes américains en Irak ou en Afghanistan tout comme celle qui a suivie en Libye n'ont pas apporté la démocratie dans ces pays, prétexte invoqué pour justifier les ingérences dans les affaires intérieures de ces peuples. Elles se sont soldées par des millions de morts et de blessés, la destruction des infrastructures économiques et la division des populations de ces pays sur une base ethnique ou religieuse. Les gouvernements portés au pouvoir dans ces pays, à la suite de ces interventions, n'ont rien de démocratique, ni ne sont à l'écoute des aspirations sociales de leurs peuples. Ce sont des pantins des puissances impérialistes.
En vérité, ce que les puissances impérialistes redoutent le plus c'est que le peuple syrien à la lumière de ces deux années de conflit qui déchire son pays et le divise, les souffrances qu'il a subies - des dizaines milliers de civils et militaires syriens tués, blessés, des centaines de milliers de réfugiés - trouve le chemin susceptible de le conduire au rétablissement de la paix dans le cadre de la sauvegarde de sa souveraineté et de son unité territoriale. Le gouvernement légitime et son armée, qui jouissent de l'appui de la majorité du peuple syrien, étaient en train d'infliger une défaite à la stratégie d'ingérences des impérialistes et des monarques.
Cela ne pouvait évidemment par réjouir les va-t-en guerre impérialistes qui veulent contrôler les ressources énergétiques et les voies de leur acheminement de la région du proche et du Moyen-Orient.
C'est pourquoi ils menacent de recourir au pire pour abuser et intimider les peuples de la région et du monde quand leurs plans machiavéliques ne réussissent pas.
L'intervention impérialiste en Syrie aura pour conséquences de semer le chaos et des malheurs décuplés dans ce pays et, par effet de dominos, dans l'ensemble des pays du Moyen Orient et d'Afrique du Nord. Une déflagration à grande échelle n'est pas à exclure.
Les communistes algériens appellent leur peuple et tous les peuples du monde à ne pas se laisser intimider et tromper. Ils les appellent à organiser une riposte de masse contre les menaces et les préparatifs bellicistes impérialistes. Ils doivent exiger et oeuvrer pour qu'un terme soit mis aux ingérences impérialistes criminelles dans les affaires internes des peuples, à leurs interventions militaires destinés à dicter leurs volontés aux peuples en proie à des conflits internes.
Parti Algérien pour la Démocratie et le Socialisme
27 août 2013
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