Secretario General del Partido Comunista Colombiano Jaime Caycedo Turriago Foto R.V.R. |
Los hechos recientes de mayor relieve han sido el anuncio de la candidatura de Aida Abella a la presidencia por la UP y la decisión de Santos de reelegirse. Una y otra aluden directamente al tema de la paz desde orillas y visiones muy diferentes.
El marco general del proceso electoral en curso gira en torno de la paz, la política social y la apertura democrática, lo que refleja una relación profunda de factores decisivos de la vida nacional. Por eso los contenidos y el significado de la paz difieren radicalmente cuando se correlacionan con lo social y lo político.
Santos alega la continuidad del proceso de diálogo para la paz como única bandera a mostrar frente al descalabro de su política social, la extensión de la guerra y el argumento económico neoliberal como telón de fondo de la transnacionalización agro minera bajo patrón financiarizado como modelo inamovible. Fresca está en la memoria la violencia ejercida contra las pacíficas movilizaciones del paro nacional rural.
Unión Patriótica asume la alternativa viable y posible de una paz democrática, construida colectivamente y orientada a erigir la justicia social como eje de la sociedad y el Estado del post conflicto. El proyecto de sociedad de la UP conduce a un nuevo pacto social, cuya esencia es la democratización del país, las reformas que garanticen la restauración y vigencia real de los derechos sociales arrasados por el modelo neoliberal dominante y una nueva institucionalidad que establezca la verdad, la justicia, la reparación integral, el compromiso de no repetición para varios millones de víctimas y para la sociedad colombiana en su conjunto. Se trata, además, de superar la exclusión política aplicada desde el Estado contra la izquierda, el sindicalismo, los derechos humanos y la inconformidad social por medio de la violencia estatal y paramilitar. La memoria, la pedagogía y la cultura de la paz adquieren un papel central en la nueva Colombia. Una Asamblea nacional constituyente tendrá que interpretar el sentido de los nuevos tiempos desde el constituyente primario.
EL NUEVO SIGNIFICADO DE UNIÓN PATRIÓTICA
La irrupción de la UP en el escenario político y electoral, modifica el panorama de la izquierda. Amplía sus posibilidades de canalizar el descontento social. Pone a disposición del pueblo nuevas opciones parlamentarias. Define los perfiles más claros de la oposición democrática al régimen y los elementos antisistémicos que empiezan a destacarse como parte de los cambios necesarios. Formula con precisión las vías de convergencia hacia el Frente amplio por la paz, la democracia y la soberanía.
La iniciativa del Frente amplio puede identificar objetivos democráticos coincidentes: la paz con justicia social como ejercicio soberano sin más injerencia militar de Estados Unidos, el apoyo a la lucha social y agraria, el rechazo al dogmatismo mercantilista de los TLC, la necesidad de la apertura democrática con reformas sociales avanzadas y de un gobierno pluralista de coalición popular. De cara a la movilización popular y la participación electoral coincidimos en la exigencia de garantías plenas para los sectores de la izquierda, la restitución de garantías compensatorias para la UP – tras 11 años de ostracismo político – la protesta frente a un Consejo Nacional Electoral integrado solo por fuerzas de la coalición de gobierno y la necesidad de medidas urgentes para contrarrestar el fraude estructural inherente al primitivo sistema electoral manual que el gobierno se ha negado a digitalizar, controlado por el clientelismo y en varios departamentos por el narco paramilitarismo.
BATALLA POR GARANTÍAS Y EL DIÁLOGO DE LA HABANA.
La finalización de la guerra es el asunto principal del debate político y electoral en curso. La transición a un estado de no guerra y de inicio de la construcción de la paz es el paso a la construcción de los cambios indispensables para avanzar hacia la justicia social. Santos ofrece un horizonte en extremo limitado. Los pre acuerdos sobre el primero y segundo puntos de la Agenda muestran, en lo conocido, las prevenciones y constricciones que el sistema dominante le impone al resultado de los diálogos. El régimen se muestra poco generoso y extrema los cálculos para intentar generar una apertura democrática a cuenta gotas. Se nota a leguas su preocupación principal por dejar en pié las bases fundamentales de la contención social y el control minucioso de las salidas del tipo referendo para evitar el “exceso de democracia” que podría representar una asamblea constituyente.
La apuesta que representa UP replantea el debate sellado violentamente por el poder treinta años atrás. Ha llegado la hora de un cambio democrático que la burguesía dominante, al servicio del gran capital transnacional no está en capacidad de conducir. Nuevos factores populares, que desafían la crisis capitalista mundial desde los procesos de integración y cooperación de América Latina, indican que hay caminos novedosos por recorrer e inventar.
El acercamiento, la unidad de acción política entre sectores de la izquierda y los movimientos sociales, la perspectiva de un Frente amplio no son fórmulas retóricas sino posibilidades reales al arbitrio de la voluntad de los liderazgos responsables. Entre los sectores de izquierda ello implica superar la visión socialdemócrata que privilegia el viraje hacia el “centro” que puede terminar en el simple respaldo al reeleccionismo de Santos; o el enfoque autista de quienes se consideran el “único partido de oposición” cegándose ante las nuevas realidades en desarrollo. Unión Patriótica tiene todo un horizonte de convergencias alrededor de los factores de programa, de alianzas y de iniciativas orientadas en la perspectiva de un poder democrático, pluralista, ético, comprometido con el acompañamiento exitoso del proceso de diálogo para la paz y la concreción de las reformas que la consoliden con base en la justicia social.
Jaime Caycedo Turriago
Noviembre 26 de 2013
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