Armand Mattelart en conversatorio con el
académico e investigador Germán Rey, en la Universidad Javeriana. Foto J.C.
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“La
comunicación es esencial para la democracia”
El
autor de “Un mundo vigilado” visitó al país para compartir con estudiantes su
experiencia como investigador de la cultura y la comunicación, hablar de la
política mundial y de las transformaciones democráticas que se realizan en
Latinoamérica. VOZ habló con él
Juan
Carlos Hurtado Fonseca
Invitado por la Pontificia Universidad
Javeriana, estuvo en Colombia la semana pasada el sociólogo e investigador de
la comunicación, Armand Mattelart. Con estudiantes, académicos, e
investigadores, habló de su obra, de los estudios culturales en América Latina
y hasta de la crisis económica en la Unión Europea.
El investigador es autor de conocidos
textos como Para leer al pato Donald, un clásico de la literatura política en
los años 70; del que aseguró que al contextualizarlos, varios de sus capítulos
tendrían vigencia. También es autor de libros como Los medios de comunicación en tiempos de crisis, América Latina en la
encrucijada telemática, ¿La cultura contra la democracia?, Pensar sobre los
medios: Comunicación y crítica social, entre otros. Su último trabajo es
Un mundo vigilado.
Con
Allende
Luego de doctorarse en sociología en la
Universidad de Lovaina, Bélgica, en 1960; llegó a Chile en 1962, país donde
estuvo hasta 1973 cuando tuvo que salir exiliado a Francia perseguido por la
dictadura militar.
En una de sus conferencias la semana
pasada aseguró que cuando inició estudios en comunicación en Chile entendió que
las teorías con las que se contaba en ese tiempo, negaban la historia de los
pueblos latinoamericanos, como las de los oprimidos. La noción que tenía de
desarrollo, de difusión, era contradictoria con la idea de emancipación.
“La elección de Salvador Allende nos
llevó a una zona ciega en el propio pensamiento progresista, ‘¿qué hacer con
los medios?’ Los tres años de la Unidad Popular fueron de experimento tanto a
nivel de los estudios de descodificación, desmitificación. Es en ese momento
que inicia la reflexión sobre lo que ustedes llaman en América Latina la
ciudadanización de los medios de comunicación”, comentó el profesor Mattelart
para explicar algunos motivos que lo inclinaron a determinadas investigaciones
sobre imperialismo cultural.
Medios
sin control
Según Armand Mattelart, el proceso
chileno es el único que se reclamaba socialista y que luchó en el espacio del
pluralismo de las voces; la pluralidad también de los medios concentrados. “Una
lección para la historia es que Allende no hizo nada para controlar a los
medios de comunicación. Fue duro ver que ellos transformaron la libertad de prensa,
de expresión, en una libertad de sedición directamente y usaron sus masas para
golpear al gobierno popular. Los que participamos en el proceso nunca se nos
ocurrió otra actitud y el precio pagado fue muy duro”, comentó el profesor.
Acerca de la discusión y las
contradicciones que se presentan con las grandes empresas periodísticas, en
varios países latinoamericanos, expresó que el hecho de que hayan planteado un
estatuto para los medios es importante porque participan de un despertar
–aunque se esté de acuerdo o no-, de una toma de conciencia global de que los
medios no pueden seguir siendo monopolios comerciales, ni de Estado. “También
hay que ver la aprobación de la ley audiovisual en Argentina, la lucha de los
periodistas brasileños para conseguir una regulación de las televisiones
privadas y la posibilidad de radios y televisiones comunitarias con la
digitalización. Son momentos importantes para América Latina”, anotó.
Momento
histórico
VOZ dialogó con el investigador para que
entregara su punto de vista sobre la manera de cubrir desde los medios de
comunicación, el actual proceso de paz colombiano.
- Ustedes
los intelectuales, desde Europa, ¿cómo
ven lo que está pasando en Colombia?
- Para mí que no vivo en Colombia y que
leo los diarios de afuera, los cables de información, etcétera, es un momento
importante; el de la paz. Es fundamental, es un momento histórico.
- En
Colombia los grandes medios de comunicación ya tienen una agenda en el
cubrimiento del proceso de paz, para sabotearlo, atacarlo y dar a entender que
debe ser un acto de rendición y entrega de la insurgencia. ¿Cómo la prensa
alternativa e independiente debe enfrentarse al reto de hacer algo diferente?
- Es el deber de la prensa alternativa,
pero también de los propios medios dominantes. Si seguimos con visiones
bipolares no se puede llegar a la paz. El problema es cambiar a
representaciones que no sean bipolares. Eso es todo un aprendizaje, es el
aprendizaje democrático. Es evidente que durante años hubo representaciones que
son la radicalización de la bipolarización. Si esto no se cambia no hay
posibilidad de entenderse.
-
Pero eso es algo que no será acogido por las grandes empresas periodísticas que
tienen intereses económicos, contrapuestos a un proceso como lo plantea la
insurgencia.
- Si claro. El problema es que no es
cuestión únicamente de los medios, son las instituciones, la educación. Usted
no puede remitirse únicamente a los medios, es una cuestión de toda la
sociedad. La educación es fundamental. No se puede pasar a la paz sin
interrogar las representaciones que hubo ante ambos bandos.
- En
ese sentido, ¿cómo deben ser los lenguajes y las narrativas a utilizar para
hablar sobre el proceso de paz?
- No tengo fórmulas y como vengo de
afuera no puedo responder bien lo que me dice. Yo le creo. Es normal que
todavía en esta fase haya un lenguaje que se ha favorecido, el que no es
conciliable con un proceso de negociación.
-¿Cómo
ve las discusiones sobre libertad de prensa en Latinoamérica en el contexto de
los cambios políticos que se desarrollan, donde la izquierda es protagonista?
- América Latina está en un momento
importante, donde la ciudadanía está tomando conciencia de la importancia de
los medios en la creación de una opinión y en el desfase entre sus necesidades
y lo que expresan los medios. Es evidente que se discute el punto de la
libertad de empresa, muchas veces confundido con libertad de prensa. Algo
normal en la medida que la conciencia ciudadana está reclamando otras formas de
comunicación.
Pienso que la izquierda latinoamericana
es múltiple. Y en muchos sectores hay una reflexión sobre las estrategias de
comunicación y sobre la democratización de la comunicación. Eso es un cambio
radical con lo que vivimos en los 60 y 70. Creo que hay una toma de conciencia
de que la comunicación es un factor esencial de construcción de una verdadera
democracia.
Entresacado: “Una lección para la
historia es que Allende no hizo nada para controlar a los medios de
comunicación”
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