Antropólogo de la Universidad Nacional, Magíster en Análisis Político, y Relaciones ales

viernes, 29 de mayo de 2015

¿Por qué el viraje hacia la solución militar?

Jaime Caycedo secretario general del Partido Comunista Colombiano. Foto Pacocol
El gobierno colombiano ha tomado la decisión de pasar a la “ofensiva militar hasta alcanzar la paz” en palabras del presidente Santos. Las Farc ep fueron militarmente forzadas a suspender la tregua unilateral. Los países garantes del proceso de diálogo, Cuba y Noruega, han expresado su preocupación por la intensificación de la confrontación y en igual sentido se ha manifestado el Parlamento europeo.



En síntesis, el régimen ha dado un viraje para retomar la vía de la solución militar mientras continua formalmente el diálogo. De hecho, el gobierno no renuncia a los preacuerdos alcanzados, ni al compromiso del desminado, ni se levanta de la mesa. ¿Se trata del cambio de ministro de defensa y su futuro reemplazo por un connotado vocero de la burguesía transnacionalizada? ¿Qué ha pasado que explique este golpe de timón?


Sectores afectos al gobierno hablan de acelerar los acuerdos, al margen de sus contenidos, hablan de generar hechos. El general Jhon Kelly, jefe del Comando sur de EUA ha manifestado que la guerrilla dialoga merced a los golpes que le da el ejército y que hay que acercar el fin del conflicto. La maquinaria de la guerra mediática abre sus cadenas a cuanta expresión de derecha desea justificar y pedir más bombardeos, más operativos, encerrar a la guerrilla en algún lugar, exigirle que se desarme. En síntesis, piden desde sus escritorios y sus oficinas que otros se den la pela y otros mueran para satisfacer su extraña y egoísta visión del orden.


El gobierno busca desesperadamente resolver por la fuerza las contradicciones centrales que han salido a la luz gracias el proceso de paz. Al sistema no le interesan las causas reales, ni que estas sean de amplio conocimiento y juicio de la gente. Mucho menos resolverlas democrática y pacíficamente porque eso implica aceptar reformas, libertades y medidas de justicia social. Piensa que con unos cuantos bombardeos, operativos y acciones de fuerza puede modificar a su favor la correlación fuerzas en la Mesa de negociaciones, ignorar la justeza de la rebelión y negar la verdad histórica. La crisis del diálogo es parte de la crisis de la guerra contrainsurgente y de la lógica que guía la política de la guerra desde las fuerzas que detentan el poder de clase y el poder imperial.


En la radicalización guerrerista que supone la solución militar convergen Uribe y Santos y es evidente que hay un claro sesgo preelectoral en el diseño de las prácticas clientelistas, en la militarización exagerada y alarmada con que se pretende contener las expresiones opositoras en los comicios regionales y locales. El diseño de “dialogar en medio de la guerra” es una imposición del Comando Sur que ejerce un papel preponderante en la dirección de la guerra, en fin de cuentas, una guerra neocolonial con una amenaza disuasiva de cara a los gobiernos democráticos y soberanos de la región, críticos del modelo de dominación impuesto por EUA hoy en franca decadencia. Las cosas “pueden empeorar si llega un republicano a la Casa Blanca”, nos dicen. Sin duda las cosas pueden ser peores aún ahora cuando todavía está Obama.


Hay, sin embargo un factor nuevo en la realidad política. El creciente movimiento anti guerra y por la paz, una paz por la vía del diálogo ampliado al ELN y al EPL, por la vía del cese bilateral, por la vía del desescalamiento de la guerra y fin de las horrendas carnicerías humanas que representan los bombardeos guiados satelitalmente por el Comando Sur. Las movilizaciones ciudadanas, el pluralismo ciudadano que no pide permiso para actuar y que valora el significado de la justicia social para la paz como base motivacional de su inconformidad y su protesta. La gente del común que valora el que la paz no deba ser solo silencio de las armas sino cambios y soluciones que le cambien la cara a las iniquidades actuales puede devenir en una poderosa fuerza material si prosigue el esfuerzo de actuar en unidad.


La política de Frente Amplio por la paz, la soberanía, la democracia y la justicia social tiene la más fuerte de las razones de ser. Colombia está en un punto de viraje de su historia y la izquierda avanzada y unitaria tiene que actuar unida para que se aceleren los procesos democráticos que conduzcan a la paz justa y duradera.


Jaime Caycedo

Secretario General del Partido Comunista Colombiano


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