Planteamiento del Partido Comunista
En vísperas de la primera vuelta, la cúpula del poder juega con fuego en el común asedio contra las libertades democráticas, la libre decisión del voto y las esperanzas de democratizar la vida pública. Desde el control del poder ejecutivo Santos ha dosificado calculadamente las revelaciones cada vez más escandalosas de la informática librada a las Andrómedas y a los hackers, amamantados secretamente en el oscuro entrevero de la Inteligencia militar y las nuevas prerrogativas de la Ley 1621 de abril de 2013, llamada de inteligencia y contrainteligencia. Las armas digitales de la guerra también funcionan en la política de las alturas.
En vísperas de la primera vuelta, la cúpula del poder juega con fuego en el común asedio contra las libertades democráticas, la libre decisión del voto y las esperanzas de democratizar la vida pública. Desde el control del poder ejecutivo Santos ha dosificado calculadamente las revelaciones cada vez más escandalosas de la informática librada a las Andrómedas y a los hackers, amamantados secretamente en el oscuro entrevero de la Inteligencia militar y las nuevas prerrogativas de la Ley 1621 de abril de 2013, llamada de inteligencia y contrainteligencia. Las armas digitales de la guerra también funcionan en la política de las alturas.
Han saltado trapos sucios de uso
común de uribistas y santistas. JJ Rendón es uno de los artífices de la
peligrosa nueva derecha latinoamericana, amiga de la desestabilización
de los gobiernos autonomistas y democráticos de la región, fungió como
asesor Santos hasta que sus enredos con dineros y exfuncionarios de
palacio lo retornaron a Miami. Se trata de un estratega y un
intermediario de las financiaciones ilegales, incluidas las que intentan
la desestabilización de Venezuela.
La desesperación del
reeleccionismo por el curso remolón de las encuestas, atoradas en el
rango del 27 al 32%, alienta la polarización con Zuluaga como el mito
definidor en la perspectiva de la segunda vuelta. El gobierno, en su
afán de perdurar otro período piensa que en esa confrontación puede
convocar a abstencionistas y opositores de izquierda a respaldar a
Santos con tal de salvar la paz.
De espaldas al verdadero debate nacional.
Entre
tanto, los grandes medios cooptados por el gobiernismo lanzan su
cortina de humo sobre los aspectos dinámicos que han sucedido en el
curso de esta campaña a primera vuelta, sobre todo, el pre acuerdo
logrado en La Habana entre insurgencia y gobierno sobre Cultivos y
drogas, antecedido de un cese al fuego unilateral pero, además,
establecido en común por las Farc ep y el ELN durante las votaciones
presidenciales de mayo, importante gesto de buena voluntad sin
antecedentes, que contrasta con el reiterado guerrerismo oficial.
El
pre acuerdo sobre Cultivos y drogas puede verse desde un ángulo
distinto del que muestran los medios. Compromete al gobierno por vez
primera a pensar una política nacional, autónoma, es decir no
dependiente exclusivamente de la fracasada guerra de fumigaciones y
erradicación forzada impuesta por los Estados Unidos. Resalta la
necesidad de atender y respetar las propuestas y las decisiones de las
comunidades en torno a la sustitución voluntaria de cultivos con base en
los acuerdos de las mismas con el Estado. Destaca la obligación del
gobierno en el seguimiento y desmonte del lavado de activos. Establece
el convenio del desminado como una acción bilateral. El tema del consumo
debe ser tratado como un problema de salud pública, entre otros
importantes puntos. Podría afirmarse que el debate que se elude en el
país tiene un alto relieve en la negociación de La Habana. Dos otros
aspectos han tenido relevancia en relación con los debates de fondo: las
medidas cautelares, por fin concedidas al alcalde de Bogotá en la pugna
con el autoritarismo del Procurador; el impacto agitacional, las
concesiones conseguidas por el paro nacional agrario y las
movilizaciones de la Cumbre agraria en las últimas semanas; sin que
hubieran llegado a convertirse en ejes de la campaña política.
Contra la ingeniería perversa del “voto útil”.
En
síntesis, la derecha gobernante y la ultraderecha maniobran para forzar
desenfocar la atención pública de los grandes problemas sociales y
políticos del país al reducir el debate a la pelea por el control de los
sistemas de inteligencia privatizados y convertidos en otra arma de la
contrainsurgencia, apuntada incluso contra el propio proceso de diálogo
que el gobierno ha manejado, más como una bandera electoralista que como
una política de paz de Estado. La fracción guerrerista de la oligarquía
insiste en un modelo de paz con base en el sometimiento. La fracción
pro negociación se inclina a respaldar la posición del gobierno en
materia de paz, con algunas críticas adjetivas.
La actitud
del Polo se ubica en esta línea sin abordar de fondo la Agenda de seis
puntos de La Habana, lo que le permitiría diferenciarse tanto del
guerrerismo, representado en Zuluaga, como de la derecha pro diálogo
encabezada por Santos, Martha Lucía Ramírez y/o matizada por Peñalosa.
Esa distinción es clave si se focaliza una población propensa al voto
alternativo de opinión, la amplia franja del abstencionismo de izquierda
y de protesta que podría decidir un eventual tránsito a segunda vuelta.
La disyuntiva en primera vuelta no es Santos – Zuluaga.
Con sus limitaciones, la alternativa en primera vuelta es el voto Clara –
Aida, la formula de izquierda que representa un voto de intención,
orientado a cambios y reformas democráticos en una perspectiva de
tránsito hacia la solución política, la verdad, la justicia y la
reparación, las libertades, la reconstrucción de la convivencia a través
de un proceso constituyente y la plena inclusión. Los comunistas y la
Unión Patriótica vamos en esta dirección que significa la reafirmación
de una conducta creadora, ajena al sectarismo, hacia una nueva cultura
de la unidad.
PARTIDO COMUNISTA COLOMBIANO
Jaime Caycedo Turriago
Secretario General
Bogotá, mayo 20 de 2014
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