Antropólogo de la Universidad Nacional, Magíster en Análisis Político, y Relaciones ales

viernes, 5 de abril de 2013

Intervención en el acto de instalación de la Conferencia Distrital del PCC



Homenaje a  Hugo Chávez Frías


Hace cinco meses cuando convocamos la realización de la conferencia que instalamos el día de hoy, al poco tiempo de realizado exitosamente el XXI Congreso Nacional de nuestro Partido, no alcanzábamos a dimensionar la rapidez con la cual se han venido desencadenando una serie de hechos políticos  de gran importancia para nuestro pueblo.



Hace 5 meses ese otro Gigante de América, Hugo Rafael Chávez Frías, que con humildad y agradecimiento eterno los comunistas colombianos hoy hemos decido hacerle un homenaje, exactamente a un mes de su partida;  volvía a dar testimonio vivo de la capacidad de lucha y consecuencia del bravo pueblo venezolano, ganando el 10 de octubre una elección más; la número 17 de su corta pero intensa carrera política, siendo elegido nuevamente presidente de la república bolivariana de Venezuela.


Igualmente hace 5 meses, el país nacional desconocía que en la calidez de la Patria de Martí, Fidel y Raúl, se finiquitaban las últimas líneas de lo que posteriormente, en el mes de octubre, sería el inicio de los diálogos de paz entre las guerrillas de las FARC – EP y el Gobierno Nacional, para la consecución de una paz estable y duradera.

Ustedes se preguntarán qué relación tiene un hecho con el otro. Yo pienso que a pesar de lo doloroso de uno y lo esperanzador del segundo, son dos eventos que  nos permiten reflexionar a profundidad sobre el presente y futuro de la lucha popular y revolucionaria de américa latina, y en especial, sobre el estrecho vínculo inquebrantable de dos repúblicas hermanas como lo son Venezuela y Colombia.
Por razones de tiempo, me limitare a resaltar solo tres reflexiones que evidencian este hermanamiento, que muy bien Chávez supo representar


1.    En primer lugar, no sería posible comprender la lucha y el alcance  político del proyecto bolivariano, integrador y latinoamericanista que  Hugo Chávez hizo renacer, al margen de su  compromiso profundo con la conquista de la paz en Colombia.


No solo porque como muchas veces lo reitero, él se sentía tan colombiano como cualquiera de nosotros. Sino adicionalmente, porque en su aguda capacidad de análisis comprendía que la continuidad de la guerra en Colombia, es uno de los pretextos intervencionistas del imperialismo en la región, hoy bajo el pretexto de “la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo”, después de la excusa del anticomunismo de décadas anteriores.


Tras ese hombre caribe, mulato, de pómulos pronunciados, aindiado, de labios gruesos y una personalidad desbordante que rompía esquemas y protocolos, que fastidiaban a los yupis de las elites Bogotanas o a los pitiyanquis caraqueños, pero también para ser honestos, inclusive, a sectores de la izquierda. Ese revolucionario nacido en Sabaneta, con padres maestros,  que de niño quería ser pintor, después beisbolista y finalmente sus sueños terminaron en la Vorágine de la lucha revolucionaria inspirada en Zamora, Páez, Miranda, Simón rodríguez, y sobre todo, por la genialidad del Libertador. Ese Hugo Chávez, sabia con toda claridad, que la paz de Colombia era una contribución también a favor de la paz para su patria Venezuela, y principalmente, un aporte estratégico al proceso unitario que mediante diversas instituciones se ha venido extendiendo por el continente y el Caribe, mediante el ALBA, UNASUR, LA CELAC, TELESUR, y muchos proyectos más.


2.    En segundo lugar, contrario a las pretensiones de la derecha que  pretende una paz exprés y sin cambios, o de sectores vacilantes que ignoran y minimizan su importancia, bajo cálculos oportunistas.  Hugo Chávez aun a riesgo de ser llamado intervencionista no dudo en reconocer el carácter histórico, económico, político y social del conflicto armado interno que ha adquirido una forma particular de guerra civil prolongada, que ya casi supera los 50 años, en su última etapa.


El Comandante Chávez, desde su postura revolucionaria, respetaba y reconocía las luchas sociales y populares colombianas, y en específico, el derecho a la rebelión en Colombia.  Manifestó también sus diferencias, pero ante todo, se la jugo sin vacilaciones para conseguir lo que hoy esta en marcha y representa una oportunidad histórica: el inicio de un proceso de dialogo para superar por la vía política la guerra interna y degradada que subsiste en nuestra patria.


En consecuencia, no dudaría en afirmar que de todos los homenajes posibles al compañero Presidente Hugo Chávez Frías, el que le generaría más alegría y entusiasmo de parte de nuestro pueblo,  sería el relacionado con la  conquista de un acuerdo de paz estable y duradera entre el Gobierno Nacional y las guerrillas colombianas de las FARC EP, el ELN y el EPL.


¡La Paz es la victoria! ¡La continuidad de la guerra es la derrota! Esas máximas las tenemos muy claras los militantes formados en la línea histórica del Partido Comunista Colombiano y la JUCO, que siempre hemos defendido en la tradición Leninista una Paz Democrática que se traduce en cambios y va más allá de un simple desarme.


¡No somos ni seremos jamás apologistas de la violencia y de la guerra!  Somos una organización humanista y revolucionaria. La violencia la han impuestos los poderosos desde las épocas de la Colonia, y a ella se han opuesto nuestros libertadores, desde los Comuneros, Bolívar, los radicales de mediados del siglo XIX, los obreros, los estudiantes, los campesinos de la resistencia heroica de Marquetalia, que no han tenido otro camino que la defensa de sus vidas y la continuación de la resistencia aun en las condiciones más adversas.


Es por ello que no vacilamos en la búsqueda de la solución política y en la conquista de una real apertura democrática que abra el camino a un nuevo gobierno y a un nuevo poder. Por lo mismo  es que  hemos decidido levantar la consigna de JUNTAR LAS REBELDÍAS y con identidad propia, contribuir a la construcción de un gran Frente Amplio por la Paz, la Democracia y la Soberanía.


Ese compromiso lo hemos asumido en los hechos, sembrando con vidas de anónimos y ejemplares militantes la lucha democrática y revolucionaria, en especial, con la experiencia de la Unión Patriótica,  testimonio vivo de la lucha por la paz, hoy vigente en los esfuerzos de dialogo y de unidad popular que se encuentran en proceso, y que tienen en la Marcha Patriótica  un referente socio político principal.


3.    En tercer lugar, una última reflexión parte de reconocer, que así como el comandante Chávez y el gobierno bolivariano anhela y continua ayudando en el proceso de dialogo hacia la  Paz de Colombia, muchos sectores democráticos y revolucionarios, pero en especifico los comunistas colombianos, sabemos y reconocemos la importancia estratégica de la batalla que actualmente se libra en la hermana república bolivariana, de cara a las próximas elecciones del 14 de abril.


No deja de sorprendernos día a día la capacidad ideológica, política y organizativa, con la cual el proceso revolucionario ha enfrentado este difícil momento, cruzado por la perdida de la presencia física del irremplazable Hugo Chávez sin dejar de movilizarse un solo instante, y contrario a los deseos de la derecha, afianzando y fortaleciendo su cohesión y unidad interna en medio de la diversidad y la diferencia.


¡ Que gran ejemplo para los revolucionarios de américa latina y de Colombia en particular!


Es por eso, que éste homenaje sencillo también va dirigido al Bravo Pueblo Venezolano, al sujeto colectivo que ha venido ampliándose y consolidándose muy especialmente durante los últimos 18 años con el liderazgo de un Gigante pero también por medio de un colectivo que hoy ha sabido estar a la altura de las circunstancias con la participación activa de la  clase trabajadora, las fuerzas militares, los artistas y los intelectuales, los diversos partidos y organizaciones políticas, la juventud, las mujeres, los campesinos y otros sectores populares e intermedios que están demostrando que Chávez es el pueblo, que Chávez somos todos y todas.


El triunfo de la candidatura del compañero Nicolás Maduro no solo garantizará mantener un respaldo decisivo a la búsqueda de la solución política que esperamos conlleve a  la firma de un acuerdo de paz estable y duradero; significa también el inicio de un nuevo momento hacia la consolidación del proyecto socialista en Venezuela, y a su vez, de un referente mundial en la lucha de los pueblos contra el capitalismo y por su emancipación.


Compañeros y amigos Venezolanos, como muy bien lo dijo de manera fraternal y cariñosa el Presidente legítimo de Paraguay, Fernando Lugo, en una de las tantas concentraciones de Caracas durante la despedida que se  realizaba a penas hace unas semanas: “Chávez esta más vivo que nunca, Chávez no solo es patrimonio de los venezolanos, sino de toda Latinoamérica y el Caribe”,  y no hay duda también de todos los pueblos del mundo.


De la importancia y el significado de Chávez como figura histórica de nuestro tiempo, así como de su relación con Colombia, su pueblo y sus luchas, habrá mucho más que decir en otros momentos. Por ahora, a pocas semanas de su ausencia física, abracemos sin miedo, con amor y esperanza su figura gigante de revolucionario y ser humano excepcional.


Que tristeza se siente saber, que ya no será posible seguir contando con sus intervenciones y sus acciones, en estos momentos de  nuevos problemas cotidianos y estructurales por los que atraviesa la humanidad, y que él muy bien sabia interpretar, ante todo denunciando el poder capitalista.


Pero frente a estas circunstancias insalvables de la vida, asumamos con decisión las palabras del poeta y cantautor Ali Primera: “Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos”.


Compañeros y compañeras delegados a la Conferencia del Partido Comunista, y amigos en general,  no hay revolución sin ideas pero sobre todo sin inspiración que movilice y una al pueblo; asumamos las luchas actuales por la paz, por la defensa de los derechos en contra de los planes nefastos del actual gobierno y sus políticas de impunidad y privatización, así como las tareas por una ciudad democrática y la unidad de todas las rebeldías, con la inspiración que produce el ejemplo de vida y la lucha del revolucionaria del dirigente latinoamericano más importante que ha producido nuestros pueblo durante los últimos tiempos.


De Chávez se puede decir lo mismo que el gran Neruda  dijo del libertador en el Canto a Bolívar:

“Padre nuestro que estás en la tierra, en el agua, en el aire

De toda nuestra extensa latitud silenciosa,

Todo lleva tu nombre, padre, en nuestra morada:

Tu apellido la caña levanta a la dulzura,

El estaño bolívar tiene un fulgor bolívar,

El pájaro bolívar sobre el volcán bolívar,

La patata, el salitre, las sombras especiales,

Las corrientes, las vetas de fosfórica piedra,

Todo lo nuestro viene de tu vida apagada,

Tu herencia fueron ríos, llanuras, campanarios,

Tu herencia es el pan nuestro de cada día, padre.



Tu pequeño cadáver de capitán valiente

Ha extendido en lo inmenso su metálica forma,

De pronto salen dedos tuyos entre la nieve

Y el austral pescador saca a la luz de pronto

Tu sonrisa, tu voz palpitando en las redes.



De qué color la rosa que junto a tu alma alcemos?

Roja será la rosa que recuerde tu paso.

Cómo serán las manos que toquen tu ceniza?

Rojas serán las manos que en tu ceniza nacen.

Y cómo es la semilla de tu corazón muerto?

Es roja la semilla de tu corazón vivo.


Por eso es hoy la ronda de manos junto a ti.

Junto a mi mano hay otra y hay otra junto a ella,

Y otra más, hasta el fondo del continente oscuro.


Y otra mano que tú no conociste entonces

Viene también, Bolívar, a estrechar a la tuya:

De Teruel, de Madrid, del Jarama, del Ebro,

De la cárcel, del aire, de los muertos de España

Llega esta mano roja que es hija de la tuya.



Capitán, combatiente, donde una boca

Grita libertad, donde un oído escucha,

Donde un soldado rojo rompe una frente parda,

Donde un laurel de libres brota, donde una nueva

Bandera se adorna con la sangre de nuestra insigne aurora,

Bolívar, capitán, se divisa tu rostro.

Otra vez entre pólvora y humo tu espada está naciendo.

Otra vez tu bandera con sangre se ha bordado.

Los malvados atacan tu semilla de nuevo,

Clavado en otra cruz está el hijo del hombre.



Pero hacia la esperanza nos conduce tu sombra,

El laurel y la luz de tu ejército rojo

a través de la noche de América con tu mirada mira.

Tus ojos que vigilan más allá de los mares,

Más allá de los pueblos oprimidos y heridos,

Más allá de las negras ciudades incendiadas,

Tu voz nace de nuevo, tu mano otra vez nace:

Tu ejército defiende las banderas sagradas:

La Libertad sacude las campanas sangrientas,

Y un sonido terrible de dolores precede


La aurora enrojecida por la sangre del hombre.

Libertador, un mundo de paz nació en tus brazos.

La paz, el pan, el trigo de tu sangre nacieron,

De nuestra joven sangre venida de tu sangre


Saldrán paz, pan y trigo para el mundo que haremos.

Yo conocí a Bolívar una mañana larga,

En Madrid, en la boca del Quinto Regimiento,

Padre, le dije, eres o no eres o quién eres?

Y mirando el Cuartel de la Montaña, dijo:

"Despierto cada cien años cuando despierta el pueblo".

Sin duda con Chávez,  Bolívar volvió a ponerse de pie y cabalga en las luchas actuales de nuestro pueblo.


¡Viva la memoria eterna del comandante presidente Hugo Chávez Frías!

¡Viva el bravo pueblo venezolano!

¡Viva el Partido y la Juventud Comunista Colombiana!

“Viva la Unidad del Pueblo y la Marcha Patriótica”



Gabriel Becerra Y
Secretario político del Comité Distrital Mario Upegui



Bogotá, Abril 5 de 2013.

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