Reflexiones del secretario general del Partido Comunista Colombiano sobre resultados del Polo Democrático Alternativo

Reflexiones del secretario general del Partido Comunista Colombiano Jaime Caycedo T.

Reclamar como un éxito el resultado de la consulta interna del POLO es tocar los linderos de la demencia. La izquierda unitaria debe unirse.

Luego del adverso resultado de la consulta interna, resalta la gran responsabilidad política de la izquierda colombiana ante el pueblo.

 Tod@s podemos contribuir a rearticular las coincidencias unitarias y la unidad de acción programática con miras a un amplio frente por la paz.

 El Polo quedó reducido, en su núcleo duro de fieles y activistas, a un tercio de lo que era. Su futuro depende de la sensatez en las decisiones a tomar. Siempre es posible rectificar y acudir a la autocrítica. Los dirigentes deben pensar en el pueblo colombiano, en sus expectativas e iniciativas de movilización, no solo en los estrechos cálculos electoreros.

 El PCC no se retira del Polo. Quiere contribuir a la reunificación de la Izquierda Unitaria, en el horizonte de la amplia unidad popular que tenga como base los procesos de movilización, organización y fuerza social en construcción. Deben considerarse convergencias con Marcha Patriótica, Congreso de los Pueblos, Minga Social y Comunitaria, Progresistas, fuerzas estudiantiles unitarias vinculadas a la Mane, sectores políticos independientes identificados en la lucha por la paz, etc.

 La lucha por la paz exige la acción dirigente de una gran fuerza democrática, unitaria, patriótica, anti imperialista, revolucionaria, ligada a la movilización del pueblo.

No nos sentaremos a esperar que la unidad caiga del cielo. Hay que esforzarse en apoyar la dinámica de construcción de unidad en torno a Ruta Social Común por la Paz, la Semana de la Indignación, el Acompañamiento del 8, la Jornada de Protesta del 12 de Octubre, el impulso a las Constituyentes por la paz y las Mesas de paz.

Levantar las consignas por el cese al fuego bilateral, el cese de los bombardeos y ametrallamientos aéreos, el cese de los operativos en zonas pobladas, de cultivos y ganados. No se puede dialogar en medio de las balas y las bombas.