Antropólogo de la Universidad Nacional, Magíster en Análisis Político, y Relaciones ales

miércoles, 19 de enero de 2011

Maestro Dangond: Láncese a la política.- Artículo de Daniel Samper Ospina

Dangond
Podría jugar un papel fundamental en la Alcaldía de Bogotá. No nos engañemos: Dangond es el único que puede agarrar el bolardo de Peñalosa.

Hace poco salió una noticia según la cual, de tanto visitar páginas pornográficas, los Honorables Parlamentarios tenían colapsada la Internet del Congreso. Dios mío, pensé apenas leí la nota: ojalá que Lucerito Cortés no esté metida en eso. ¿Conque a eso se referían cuando hablaban de los anales del Congreso? Los senadores se la pasan viendo porno. Con razón Armandito Benedetti habla tanta paja. Con razón Roy Barreras es experto en cambiar de posición. De Nacho Vives a Nacho Vidal: esa es la historia del Capitolio colombiano.
No me había repuesto de esa noticia cuando salió un video del cantante Silvestre Dangond en el que, en pleno concierto, sube a un niño al escenario, le da sus aguinaldos navideños y, acto seguido y como un gesto de cariño, lo despide tocándole los testículos. En la versión web de esta columna lo pueden ver.

Bien. No seré yo quien se sume a las protestas contra el pobre Silvestre Dangond. Todo lo contrario: salgo en su defensa y denuncio una persecución contra los músicos colombianos. Recuerdo el caso del cantante Julio Nava y el linchamiento moral del que fue víctima por haber arrancado a mordiscos la nariz de un comensal en una riña de bar: ¿quién, acaso, con unos tragos de más, no le ha metido muela al tabique del vecino de la barra? ¿Quién, desinhibido por una piña colada, no ha caído en ese tipo de tentaciones?

Lo de Dangond fue menos que eso. Lo que le hizo a ese niño fue un simple saludo que obedece, como dicen sus defensores, a una noble tradición costeña. ¿Por qué creen que el doctor Gerlein tiene los pantalones tan subidos? Pues porque es muy popular y lo saludan mucho.

En Colombia hay costumbres culturales muy bonitas que no debemos dejar perder, como ingerir un espeso potaje elaborado con tres tipos de papas, vender merengones en las laderas de las autopistas y tocarles los testículos a los demás. Son tradiciones milenarias, como la acupuntura para los chinos o la meditación en la India.

Ah, país de hipócritas: ¿quién no le ha jalado el escroto a un niño como efectiva muestra de respeto por una tradición? Pero la gente protesta por tan tierno gesto de cariño a la niñez y no por asuntos que de verdad son graves. En Colombia pasa de todo y nadie dice nada. Denuncian trampa en Protagonistas de nuestra tele; Celmira Luzardo es imagen de Corega, pese a que no tiene caja de dientes; el presidente Santos juega fútbol en pantaloneta y gracias al bronceado de sus piernas deja ver que será fichado por el 'blanco-blanco' de Manizales.

Pero el país solo pone el grito en el cielo por lo que hizo Silvestre, a quien espero que este escándalo le importe un pito. Un pito.

Ojalá haga caso omiso de las críticas y siga tocando con los niños vallenatos. Corrijo: y siga tocando a los niños vallenatos. Y dios quiera que lance su carrera en el exterior en compañía de los niños cantores de Viena, así algunos sean castrati.

Ah, país mezquino de doble moral. Como bien dijo textualmente el cantante en una entrevista a La W: "Esto viene de cultura. Lo cogen a uno los primos y le jalan la cosita y le dicen: '¿Cómo amaneció el pirulino?' ¡Pero no de una manera morbosa!".

Sino que ustedes le meten morbo a todo y gozan montándosela al pobre Silvestre, porque no tiene poder. ¿Por qué nadie dice nada cada vez que Armandito saluda a José David Name de esa manera cuando se encuentran a la entrada del Capitolio?:

-Ajá, primo, ¿cómo amaneció el pirulino? Muéstrame, muéstrame.

No se le vayan encima. No lo molesten tanto. Lo que Dangond le hizo a ese niño es un acto cultural. Y además, le pagó antes. Y doble. Es un caballero.

Al revés: sea esta la ocasión de pedirle a este ícono de lo que somos, a este baluarte del buen gusto nacional, que se lance a la política. Si a alguien le pareció pornográfico el amistoso gesto que tuvo con ese menor, qué mejor destino para esta voz de oro que el Congreso de la República, donde ven porno a todas horas.

Ya lo veo haciendo política: le agarra el PIN a Santos. Llama al 'Pincher' Arias a su curul, le da un aguinaldo doble y se despide cogiéndole la cosita. Como lo suyo fue un gesto cultural, se hace nombrar Ministro de Cultura. Ojalá suceda. Cómo necesitamos que Silvestre lidere una gran cruzada cultural por todo el país en la que toque los testículos a muchos niños indefensos, aun a Tomás y Jerónimo. Pobres. Citicos. Que no se salven de ese manoseo.

Pero donde podría jugar un papel fundamental es como candidato a la Alcaldía de Bogotá. No nos engañemos: Dangond es el único que puede agarrar el bolardo de Peñalosa; el único que, como decía alguien, puede tocar los tres huevos del ex presidente, así para ello necesite usar las dos manos. Su candidatura, a la vez, bloquearía los intereses de Petro, cuya dolorosa inflamación en su testículo derecho, al que alguna vez bauticé con el nombre de Venus Albeiro, nada que cede. ¡Que Petro se enfrente a Dangond, a ver si es tan macho! ¡Que Uribe permita que Dangond le cuide los tres huevos, si es tan varón!

En caso de quemarse, el gobierno puede darle la embajada en el Vaticano. Tan pronto el papa Ratzinger mire el video de Silvestre con el niño, le otorgará el beneplácito en menos de lo que un congresista baja una película porno.

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